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Transformar la salud - María del Carmen Restrepo


Escribe: MARIA DEL

CARMEN RESTREPO QUIROZ*

¿QUE ES LA SALUD?


La Salud es un estado en que un ser vivo u organismo vivo no tiene ninguna lesión ni padece ninguna enfermedad y ejerce con normalidad todas las funciones, además de tener un estado completo de bienestar físico, mental y social, dice la organización mundial de la salud OMS.

¿QUE ES LA DEMOCRACIA?


Es una forma de gobierno inclusiva que da cabida a todos los grupos y opiniones, representa un espacio donde convergen todos aquellos dirigentes políticos, transparentes y responsables que luchan por los derechos ciudadanos.

La politiquería no es democracia.

¿PARA QUE ES LA DEMOCRACIA?


La democracia es para dar la voz a los seres humanos, al pueblo, yo soy pueblo, esto hace que yo participe de importantes decisiones personales y comunitarias, me permite expresar mi opinión y tomar decisiones responsables. La base de cualquier postura democrática está en la confianza, depositada en sus respectivas instituciones. (hogar; escuela; comunidad, municipio, departamento, país). Yo soy la primera entidad donde se debe ejercer la democracia.

NUESTRO ENFOQUE


Si queremos alcanzar los Objetivos de salud de la ONU, es imprescindible contar con órganos representativos sólidos e inclusivos. Por ello, nos apoyamos en las políticas públicas que nos favorecen y en personas que nos ayudan a crear sociedades democráticas donde se respeten los derechos humanos de l@s niñas, los hombres y las mujeres, también nos apoyamos en organismos internacionales como la NMID.

(NIMD) El Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria, es una organización creada por los partidos políticos de los Países Bajos dirigida a fortalecer las organizaciones políticas en las democracias jóvenes o en desarrollo. Su sede principal se encuentra en la ciudad de la Haya. NIMD fue fundado en el año 2000 y actualmente trabaja con más de 150 partidos en más de 20 países de África, Asia, Europa Oriental y América Latina, apoyando iniciativas de los partidos y de agrupaciones políticas para mejorar el sistema democrático en sus respectivas naciones, ayudando al desarrollo institucional y programático de estas colectividades, y reforzando sus vínculos con la sociedad civil.

  • DIALOGO Y CONFIANZA

  • PARTICIPACION DE LA MUJER EN LA POLITICA

  • ESCUELA DE FORMACION PARA LA DEMOCRACIA

DIÁLOGO Y CONFIANZA


La democracia empieza con el diálogo. La NIMD construye plataformas de diálogo que permiten a los distintos protagonistas de la esfera política trabajar juntos en busca de un futuro democrático. A través del diálogo, los partidos consiguen crear un clima de confianza construyendo las bases para colaboraciones a largo plazo. Estas plataformas de diálogo proporcionan un entorno seguro para que los participantes debatan y lleguen a acuerdos que promuevan proyectos de reforma democrática. Esto ha facilitado un proceso con éxito en múltiples contextos nacionales.

PARTICIPACIÓN DE LA MUJER EN LA POLÍTICA


La democracia es escuchar a todas las voces. Pese a ello, mujeres de todo el mundo siguen viéndose excluidas de los papeles de liderazgo político. En la NIMD se diseñó programas para dar voz a las mujeres y desafiar las reglas no escritas que han provocado su exclusión durante tanto tiempo. Ayudan a las mujeres a eliminar barreras y llegar a puestos de liderazgo, lo consigue colaborando con dirigentes políticos, para influir en las legislaciones nacionales, ayudan a partidos políticos a crear sus reglamentos internos, y fomentan una mentalidad política abierta a través de la formación y el diálogo.


ESCUELAS DE FORMACIÓN PARA LA DEMOCRACIA


Cualquier democracia necesita demócratas. Si pretendemos que dirigentes políticos trabajen en aras de los intereses de los ciudadanos, debemos capacitarles, para ello en Medellín contamos con la Unión de ciudadanas de Colombia que viene formando a mujeres lideresas y a profesionales en temas de ciudadanía plena.

Características para el ejercicio de una democracia efectiva:

  1. Polític@s que rindan cuentas

  2. Que acaben con los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres y las minorías

  3. Que luchen por la igualdad.

Que cuenten con valores democráticos:

  1. Respeto por las ideas contrarias

  2. Inclusión de las mujeres en espacios de toma de decisiones

  3. Reconocimiento de valores y potencialidades de las mujeres.

Las escuelas de formación para la democracia ayudan a que la futura generación de políticos, a que adquiera dichos valores y los ponga en práctica. Al proporcionar un espacio para que los futuros protagonistas políticos dialoguen y debatan desde el respeto mutuo, así aseguraremos el futuro de la democracia.

HABLANDO DE SALUD: AUTOCUIDADO


¿Qué es el auto cuidado? Es concederme el derecho a ejercer las buenas prácticas de vida de manera integral consigo mism@, es decir corporales, mentales y espirituales, con las cuales se llega a la homeostasis o sea al equilibrio.

¿Qué es saneamiento corporal?


Son los hábitos de higiene para mantenimiento de las funciones del cuerpo. Y también la manera correcta de llevar a cabo los cuidados personales, aunque se padezca de alguna enfermedad, permitiendo a los órganos vitales su correcto funcionamiento.

¿Qué es equilibrio Emocional?


Es la capacidad del ser humano para manejar sus propias emociones (ira, dolor, miedo, soledad, perdidas de seres significativos etc.

¿Qué es limpieza espiritual?


Es la decisión voluntaria de otorgar-se el perdón, es dejar ir las cosas que nos atan a situaciones dolorosas, es permitir la liberación de (odio, venganza, duelo) es perdonarse así mismo por un error cometido y/o perdonar a otr@s.

Medellín /11/10/2021 (Se realizó un conversatorio con este tema el 17 de diciembre 2021)

Los 30 derechos humanos por la libertad, la justicia y la paz


El objetivo último de esta declaración de la ONU fue la promoción y la protección de los derechos humanos con un único fin: conseguir libertad, justicia y paz para todos los seres humanos. La primera, sin duda, es aquella más conocida y citada por todos, ¿pero recuerdas el resto? ¡Empecemos!

  1. Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Si leíste el artículo sobre valores humanos seguro que reconoces en estas líneas unos cuantos, ¿verdad? Bondad, empatía, generosidad, responsabilidad, amor… ¡Exacto!

  1. Todas las personas somos iguales sea cual sea nuestro origen, etnia, color, sexo, idioma, religión, opinión política o cualquier otra condición.

  2. Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a su seguridad personal.

  3. Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre […].

  4. Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Como has visto, los cinco primeros de la lista de derechos humanos universales que ratificó la ONU y que, poco a poco, hemos ampliado como sociedad van de más general a más específico, y así ocurre también con los siguientes como puedes ver a continuación:

  1. Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica: es decir, ser tenido en cuenta por las leyes nacionales e internacionales.

  2. Todos somos iguales ante la ley y tenemos, sin distinción, derecho a igual protección de la ley.

Incluso en la misma Declaración de Derechos Humanos se previó la posibilidad de que hubiese discriminaciones fruto de estas leyes, así que el artículo 8 dice:

  1. Todos tenemos igual derecho a protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.

Los siguientes artículos acogen otros derechos personales y sociales que, desde Ayuda en Acción, seguimos tratando de que se cumplan:

  1. Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.

  2. Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.

  3. Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.

Posteriormente, la lista de derechos humanos universales se centra en aquellas libertades todavía más concretas y relacionadas con nuestro día a día como personas que conviven y trabajan en sociedad:

  1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a la presunción de su inocencia.

  2. Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. […]

  3. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.

  4. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.

  5. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.

  6. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de etnicidad, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.

A través de estas últimas frases que recogen tantas promesas al mundo, comprobamos que sigue habiendo mucho trabajo por hacer, por la justicia, la igualdad de derechos y la dignidad de millones de personas en situación de desamparo. Además sabemos que, a menudo, este es un tema difícil de vivir en familia, pero si quieres explicar a tus hijos qué es la pobreza y concienciar a los futuros y futuras luchadoras por un mundo mejor desde la infancia, te recomendamos que leas este artículo sobre maneras de hablar de desigualdad con los niños.

Del mismo modo, la lista de derechos humanos se extiende a lo largo de los derechos de pensamiento, conciencia, religión o libertad política, tales como:

  1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente.

  2. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión.

  3. Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión.

  4. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.

Y también al derecho a participar en política directamente o mediante representantes (22), a seguridad social, y a la satisfacción de sus derechos económicos, sociales y culturales indispensables (23), al trabajo y a la libre elección de este (24), así como al descanso y al tiempo libre (25).

Todas las personas sabemos que no siempre alcanzamos a completar estos derechos en ninguno de los cinco continentes, siendo Asia, África y América Latina aquellas zonas donde todavía tenemos que seguir esforzándonos por alcanzar o preservar los más esenciales, pero, como habrás visto, esta es una buena hoja de ruta con la que navegar, ¿no te parece?

Lo mismo ocurre con los cinco últimos derechos humanos de la lista:

  1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado […].

  2. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad […].

  3. Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos.

  4. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad.

Y como ya habíamos visto en el artículo 8, el último artículo de la lista de nuestros derechos humanos universales reitera que:

  1. Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados.

Declaración Universal de los Derechos Humanos


es uno de los hitos fundamentales de nuestra historia. No en vano, hablamos de un documento sin precedentes, en el que se establecieron los derechos naturales de la dignidad humana, esos de los que toda mujer y todo hombre han de poder gozar, independientemente del lugar del mundo en el que vivan o hayan nacido.


Esta declaración, proclamada en París por la Asamblea General de la ONU el día 10 de diciembre de 1948, consta de 30 artículos y cuenta con traducciones para más de quinientos idiomas.


Dicha declaración ha pretendido ser el faro que guiase los pasos de la Humanidad desde aquel entonces. Sin embargo, casi setenta años después, parece que la luz de ese faro está cada día más lejos de nuestros pasos.


Es imperativo que recuperemos el rumbo hacia aquella Humanidad que se soñó París en 1948. Por tal motivo, queremos recordar su origen: pues “el humano que olvida de dónde vino está condenado a repetir sus errores”.


El origen de la Declaración Universal de los Derechos Humanos


Echando un vistazo amplio hacia la Antigüedad, podemos encontrar su primer precedente en la conquista de Babilonia por parte de Ciro el Grande, en el 539 a. C. En contra de todo pronóstico, Ciro liberó a la totalidad de los esclavos y declaró la libertad religiosa, algo sumamente importante en aquella época.


El Cilindro de Ciro es considerado, de hecho, la primera Declaración de Derechos Humanos de la Historia. Posteriormente, llegaron La Carta Magna (1215), que establecía que el rey también estaba sujeto a la ley; y La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), en la que se reconocía la igualdad de todos los ciudadanos franceses ante la ley.


No obstante, si hacemos una búsqueda más estricta de los orígenes de la Declaración Universal de 1948, debemos avanzar en la Historia hasta llegar a la Segunda Guerra Mundial.

La violencia desatada en el periodo que abarca de 1939 a 1945 había dejado incontables ciudades en ruinas por los continentes europeo y asiático. Millones de personas (combatientes y civiles) habían muerto y otros tantos se habían quedado sin hogar o estaban a punto de fallecer a causa del hambre. Por aquel entonces, se aproximaba el final de la contienda: las fuerzas rusas cercaban la capital alemana, que daba sus últimos coletazos tras haber sido bombardeada; por su parte, la infantería de Estados Unidos todavía luchaba contra las fuerzas japonesas en el Pacífico.


Era abril de 1945. Delegados de cincuenta países llegaron a la ciudad de San Francisco con una meta llena de esperanza: crear un organismo internacional que fuese capaz de promover la paz y evitar cualquier atisbo de guerra futura.


Como resultado de aquella reunión, nació el Acta Constitutiva de la nueva Organización de las Naciones Unidas; la cual entraría en vigor, finalmente, el 24 de octubre de ese mismo año.


1948: el año de la Declaración Universal de Derechos Humanos


La guerra había terminado y la nueva Comisión, bajo la presidencia de Eleanor Roosevelt, había sido capaz de atraer la atención de todo el mundo. No en vano, se estaba cociendo el documento que, poco después, se convertiría en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.


El 10 de octubre de 1948, esta declaración fue adoptada por Naciones Unidas. En ella, los países miembros se comprometieron a proteger y promover con firmeza los 30 artículos que la constituían (los cuales hacían mención a la libertad, igualdad y justicia, en todas sus formas, lo que incluía la no discriminación y los derechos a la seguridad social, a la protección contra el desempleo, a la educación o al descanso, entre muchos otros).


Como consecuencia, muchos de los derechos que aparecieron por primera vez en aquel documento forman hoy parte de leyes constitucionales de multitud de naciones democráticas.


En defensa de los derechos humanos: ¿qué podemos hacer hoy?


A día de hoy, la pobreza es una triste realidad para tres cuartas partes de la población mundial. Las guerras siguen desatándose a lo largo de todo el globo y se cobran víctimas a diario. La libre circulación de personas y el derecho al asilo están siendo cuestionados más cada día. Además, la mujer sigue sufriendo un papel subalterno del hombre. No podemos dejar que los 30 artículos de la Declaración Universal se conviertan en papel mojado.

En ese sentido, en organizaciones como Ayuda en Acción, estamos llevando a cabo proyectos solidarios para ayudar a más de dos millones de personas, reivindicando los derechos de todas y todos y llevando a cabo proyectos realistas y siempre orientados al largo plazo.


En la actualidad, estamos presentes en más de 20 países y fundamentamos nuestro trabajo en los siguientes ejes:


La educación: garantizar el acceso y la calidad de la educación primaria y secundaria.

La salud, la cual abarcamos desde la alimentación, pero también desde la higiene. Fomentamos proyectos de salud, saneamiento y suministro de agua potable y prestamos apoyo al bienestar común y familiar.

Desarrollar las economías locales, pues fortalecemos las capacidades locales e incidimos en la formación y capacitación de la población.

Creación de vínculos solidarios, ya que protegemos los derechos de la infancia y promocionamos el fortalecimiento comunitario.

Las labores de emergencia, dado que prestamos ayuda humanitaria en trabajos de reducción y prevención de riesgos de desastres.

Los derechos de las mujeres: empoderamiento y lucha firme contra la violencia de género, mutilación genital y trata de mujeres.


*Coordinadora del CIID. Gestora de igualdad. Gestora Cultural.

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