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Nuevo reconociento para el escritor, Alexánder Granada


Gran suceso es el que viene teniendo la obra del escritor, poeta teórico y filósofo, Alexánder Granada Restrepo, conocido a su vez con el

seudónimo literario de "Matu Salem".


Mientras prepara el lanzamiento de su nuevo libro, "Poesía Teórica" y un audiovisual inspirado en su poema "Elegía a Twaris", próximo a estrenarse en los próximos días, no deja de cosechar lauros incluso por fuera de las fronteras colombianas.


Ejemplar de la publicación española.


Éxito grarantizado


Hablar de elogios virtuales para el autor de "Las caravanas de Matusalém", sería como caer en lugares comunes si no fuera porque se trata de algunos de los más destacados medios o plumas del mundo entero.


De allí la amplia difusión de sus escritos por América Latina y los Estados Unidos de América, a los cuales se suman los de la "Madre Patria". Tal es el caso de la revista "Esta Tierra", que en su último número correspondiente a diciembre de 2021, publicara entre otros un poema suyo repruducido a continuación:


Dos vidas


Debajo,

Más abajo

Del agua profunda

De los mares,

Descienden cansadas


Las almas

De los fallecidos,

Que en el suceso

Esplendente

De la muerte,

Han sido

De algún cuerpo

Desgarradas.


Caen las almas

Por las fosas

De María,

Caen en perpetuo

Descenso,

Como si pesaran.


Llegan primero

Hasta los campos oscuros

De las hadas,

Que las esperan

-como esperan a sus novios,

Ansiosas, las amadas-,

Con el sonido acantilado

Y silbado de las flautas,

Y en perfecta sincronía

Les dan la bienvenida.


Siguen bajando

Las almas silenciadas,

Y los trompeteritos de arcabuz

-que crean su propia luz-,

Les iluminan el camino.

En un instante, el silencio

Reclama su destino,

Y la voz de las trompetas

Y la tenue luz

Quedan apagadas.


Inmersas,

Creyéndose sordas,

En un vértigo

Espantoso

Que no oye el eco,

Arremeten su caída.

Caen las almas

En descomunal velocidad

Se caen,

Y el tiempo

-que funge

De fisgón-

No las detecta

Ni las cuenta,

Pues, antes de empezar

Su despedida

-las almas oscuras

Y las virginales-,

Lavaron con salobre

Sus pies -de muchos males-,

Caminando arrepentidas

Por las frescas y bellas

Llanuras mareales.


Llegan pues,

Las almas buenas

Y sensibles,

Las que proponen

Y perciben,

Llegan también

A lo profundo

-vomitadas

Del hastío de este mundo-,

Las almas bisecadas.


Almas que por la

Erosión fluvial

Que trae con turbiedad

El agua espesa

De los males,

Abrieron sus oídos

Sin pudor,

Y por ello

-como en la unción fatal

De un aceite sin amor-,

Fueron en ella

Bañadas.


Pronto,

Se alejan de

Las fosas abisales

Las almas desprendidas.

Van a dormir solas

En el subsuelo de los mares,

En un lugar misterioso

Donde solo se escucha

-como en un sueño-,

El castañeo sublime

E irresistible

De los bivalvos,

Y la voz del asombro

Que pronunció

Desde el comienzo

La boca deslenguada

Del vacío.


Allí,

Yacen las almas

Con el frío implacable

Del océano,

Que les enfría

La frente

Mientras duermen.

Duermen las almas

En su lecho de almas,


Y su lecho

Son aguas rocosas

Que aplacan

Los borbotones de magma

Que braman furiosos

Desde los confines.

En su espalda

-más abajo-,

Se muestra danzante

El caliente Calor

Que emana

El pequeño y pesado sol

Que un día cualquiera

Se tragó la tierra.


He aquí

Que las almas

Ordenadas en tapiz

Crean una nueva infauna,

Una ascética infauna,

Que se alimenta

Solo con los detritos

De la memoria

De las almas amadas.

Y así, pueden dormir

Hasta el último de los días,

Porque en el último de los días

Todas serán llamadas.


Entre tanto,

Se halla tendido

El cuerpo casi fallecido

Que aún pervive

Con el espíritu

En una estancia vegetal.

Se ha ido adelante

Una vida,

La vida razonable

-que solo anida en el alma

De los seres humanos-.

Luego,

Empieza a desprenderse

La otra vida

-el espíritu de la vida-,

Donde se mece

Sabia e inquieta

La vida discernible,

Que es la segunda vida.


Por la muerte,

El espíritu se revienta

Y se abalanza

Como derrubios de vertiente

Que se disparan

Hacia lo alto,

Después de trasegar

Por el frío camino

De los canchales.

A una velocidad aterradora

Se desprende del pensamiento

Del corazón

Y sigue subiendo

Hasta entrar

-como entra curioso

El viento en los

Puquios de Nazca-,

Por los torbellinos

Infinitos y fractales

Del Espíritu de Dios

Que lo espera

Sin reclamo,

Con la música de las alas,

De las arpas y los timbales.


En El Saber,

Los abraza

Con eterna calidez

El Espíritu de Dios,

Prometiéndoles también

La sempiterna luz

De un segundo día

-pletórico y eterno-,

Vestido con la luz

Que no se acaba.


En aquel día,

Los seres humanos

Brindarán exultantes

Con el sagrado vino

-dulce y divino-

Que no embriaga

Ni empalaga,

Y volverán a ser

Como eran antes,

Cuando se reunan

Todas las vidas

-las vidas

De los cielos,

De la tierra

Y de los mares-,

En la Fiesta de los Justos;

Fiesta que será

Recordada

Desde el pasado

Y hasta siempre,

Como La Fiesta

Del Reencuentro.


Agradecimiento




Interior del ejemplar donde pueden apreciarse

dos de las mejores composiciones del autor.


Granada Restrepo, a su vez subdirector general del suplemento ARCÓN CULTURAL y fundador del CÍRCULO DE POETAS IGNOTOS, quiso saludar el gesto de sus colegas del otro lado del Atlántico por la difusión brindada.


"Muchas gracias a los poetas españoles Antonio José Caralps Sobrera (Director) y Ángel Manuél García Álvarez (Editor), por la generosidad de la publicación y por permitir que estas nuevas narrativas que están naciendo en Colombia, ocupen dos páginas de su importante revista cultural".


Fuente: ARCÓN CULTURAL

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