Miguel Ángel Rubio Ospina, Lupe Cecilia Castillo y Liliana Grisales Cedeño,
decidieron asumir riesgos con tal de salir a la negativa rotunda contra la
expoliación de los sectores más sensibles de la sociedad.
Cuando la palabra aflora en sentimientos proclives al bien común, a la satisfacción de las necesidades del prójimo, puede admitirse que el balance es positivo. Pero si el verbo vuelto carne repara en el accionar, salir para no quedarse en la retórica del reclamo o la discusión esteril de cafetería trasnochada, entonces se trata de uno de los acontecimientos de elevación más culminantes en la vida de los seres humanos.
Precisamente esa fue la reacción y el quehacer del flamante Colectivo Poético ¡UYAYAY!, el cual aunque constituido por integrantes de enorme experiencia está prácticamente en ciernes, pero ya demuestra un grado de desarrollo, de conciencia y compromiso con la comunidad que supera con creces a muchos de sus contemporáneos.
"Mejor a decir es hacer; mejor a prometer es realizar", asegura una vieja sabiduría popular. En ese caso, tanto en los departamentos de Risaralda y Nariño o viceversa, donde esta fuerza literaria incipiente empieza a desplegar su potencial, quedan las imágenes clavadas en la retina, los testimonios, las pruebas contudentes sobre aquellos saliento a marchar para manifestarse contra la perversa reforma tributaria del gobierno uribista de Iván Duque.
Es Cierto. No existe autoridad moral alguna para criticar, cuestionar, sin el más mínimo sentido de solidaridad con los semejantes, obteniendo además la "graduación en carne propia" no sólo de sentir los distintos padecimientos sociales, sino expresándolos junto a la masa asumiendo el compromiso formal sustanciado en el real llevado a la acción.
Integrantes del colectivo liderado por Ana María Delgado, también se hicieron eco de los reclamos populares, saliendo a manifestarse en Pasto, Nariño.
En definitiva, la intelectualidad no debe ni pueden quedar al margen de la gente. La cultura puede tener grados como enseñan las enciclopedias. Sin embargo, nada es superior a todo aquello proveniente del corazón de los pueblos, porque el contacto con la cotidianidad, a veces hasta con las injusticias, los crímenes más atroces, le otorgan una calidad y esencia de mayor valor a la de sentimientos individualistas, retorcidos y pusilánimes, navegando en dolores privativos, aislados dentro del universo individual.
No se trata de obtener una credencial por salir a marchar con un cartel. A lo sumo tener la seguridad, la certeza de que ¡UYAYAY! Colectivo Poético está para grandes desafíos, retos, como si no alcanzara apenas con escribir, sino de fundirse en la realidad para asumir, experimentar la palabra en hechos de carnes y hueso para ser uno con el espíritu del pueblo.
Escribe: CARLOS ALBERTO RICCHETTI